El desarrollo motor del niño se produce de modo espontáneo en función de la maduración orgánica y nerviosa del pequeño. Sabemos que un bebé sano, a medida que crece y en entornos que le brinden seguridad, se mostrará activo, interesado, concentrado en su juego, ágil, y cada vez más preciso en sus movimientos. Poco a poco observaremos cómo va adquiriendo las sucesivas habilidades motoras a través de su propia acción y en los momentos que él elige. El bebé aprende a aprender.
Estas son algunas de las conclusiones a las que llega la pediatra Emmi Pikler, quien estuvo al frente de la dirección del Instituto metodológico de Educación y Cuidados de la Primera Infancia, el Instituto Lòczy de Budapest entre 1946 y 1979. Una institución que se funda con el objetivo de atender a bebés que precisaban cuidados prolongados fuera de sus hogares. La pediatra creó un sistema educativo basado en el respeto al niño, en el que la actitud no intervencionista del adulto favorece el desarrollo autónomo del pequeño. Tras analizar casi un millar de bebés, Pikler trabajó incansablemente para demostrar que el niño aprende a sentarse y a andar aunque “no se le siente ni se le lleve de la mano”.
Cuando facilitamos el aprendizaje autónomo del pequeño, estamos garantizándole una seguridad afectiva y emocional, y eso sólo es posible lograrlo a través de la actitud del adulto a cargo del cuidado del pequeño y favoreciendo las condiciones para que crezca y se desarrolle en libertad a través del ambiente preparado al que tanta importancia dio una mujer que en earlychildfood.com admiramos, Maria Montessori.
Acerca del aprendizaje autónomo de nuestros pequeños debatiremos este sábado en nuestro espacio de encuentro de crianza consciente en La habitación de Jana y con un invitado de excepción, Manuel Raigón, Fisioterapeuta Experto Universitario en Método Poyet, especialista en acupuntura y profesor en la Universidad de Sevilla de la formación de postgrado en Método Poyet. Este método se encuentra dentro de las llamadas terapias holísticas, y que tiene presente en todo momento la globalidad del organismo, considerándolo como una unidad, y no como un conjunto de elementos que funcionan de manera independiente. Además el especialista es experto en el tratamiento de los cólicos del lactante combinando el Método Rubio con el Método Poyet, y que consigue aumentar el bienestar del pequeño al mejorar la calidad del sueño y el descanso.
Erróneamente los adultos tendemos a valorar algunas posiciones más importantes que otras; consideramos por ejemplo que estar sentado es claramente mejor que estar tumbado de espaldas; o que caminar es preferible a gatear, simplemente porque conocemos el propósito. El niño no. Acelerar etapas, cada vez más frecuente en las sociedades modernas, no tiene ningún beneficio para el niño.
Si un niño se siente libre y seguro desde los primeros meses de vida a la hora de tomar la iniciativa, aprenderá por su cuenta, y descubrirá la capacidad de actuar y transformar el mundo que le rodea; desarrollará la atención, la voluntad, la autonomía, la confianza... Es el fenómeno que desde la Pedagogía Montessori denominamos normalización y que se ha demostrado válido desde el primer año de vida.
Empujar a nuestros hijos y/o alumnos a adquirir nuevas habilidades es una respuesta a la ansiedad y preocupación que sentimos si el pequeño no alcanza un objetivo en el plazo de tiempo establecido para todos. Olvidamos que cada niño tiene su propio ritmo de maduración físico y nervioso.
Emmi Pikler y Adele Costa Gnocchi (una de las primeras alumnas de Maria Montessori, y autora del libro Un ser humano. La importancia de los tres primeros años de vida) reconocieron y ampliaron la obra de Montessori, estudiando con atención los pequeños gestos y señales de los bebés recién nacidos y hasta los tres años de edad.
Las especialistas descubrieron el deseo de autonomía que posee el bebé y se esforzaron a lo largo de su trayectoria profesional por ofrecer propuestas concretas de intervenciones y formación específica para el adulto a cargo del cuidado del pequeño. Y es acerca de este tema sobre el que profundizaremos este sábado 23 de febrero en nuestro espacio de encuentro de crianza consciente y con nuestro especialista invitado. Os esperamos en La habitación de Jana (calle Gloria Fuertes local 3B), a partir de las 17.00 horas.
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