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El valor de las reuniones familiares

Las familias que coincidimos en cada una de nuestras acciones formativas probablemente compartamos situaciones similares; si bien es cierto que cada familia es única, la mayoría nos enfrentaremos con el paso del tiempo a los mismos desafíos: Lactancia, inicio de la alimentación complementaria, lágrimas y berrinches, desarrollo psicomotor, edades y etapas, deberes y extraescolares, dentistas, modales en la mesa, pubertad, amores adolescentes, instituto, elección de carrera, carné de conducir...

 

Ahora, como sucede con el parto ;-) nos quedaremos con lo bueno, el placer y privilegio de acompañar a una persona en su crecimiento (y el nuestro). 

Las familias enfocadas en una crianza consciente podemos muchas veces estar fuera del camino pero coincidimos en que tenemos claro nuestro destino, hemos elaborado nuestra hoja de ruta (misión y valores que vemos en nuestros cursos de Introducción a la Pedagogía Montessori y educar para la paz) y regresamos a ella una y otra vez...

 

Como recoge Stephen R. Covey en su libro Los 7 hábitos de las familias altamente efectivas, es como el vuelo de un avión: Antes de despegar, los pilotos tienen un plan de vuelo; saben exactamente a dónde van y despegan de acuerdo con su plan. Pero durante el vuelo, el viento, la lluvia, las turbulencias, el tráfico aéreo, los errores humanos y otros factores actúan sobre ese avión, lo mueven ligeramente en diferentes direcciones, de manera que, durante la mayor parte del viaje, ese avión ni siquiera avanza dentro del plan de vuelo original. Ya sea por los sistemas de navegación o por la densidad del tráfico aéreo, normalmente se desvía. Sin embargo, salvo por algo realmente importante, el avión llega a su destino.

 

¿Cómo lo consigue? "Durante el vuelo, los pilotos reciben información constantemente. Información de los instrumentos meteorológicos, de las torres de control, de otros aviones, incluso a veces de las estrellas y, basándose en esa información, pueden hacer correcciones para poder volver al plan de vuelo. La esperanza radica no en las irregularidades, sino en la visión, el plan y la habilidad de volver al camino correcto" apostilla Covey.

 

El vuelo es una metáfora perfecta para describir la vida familiar. La clave, queridas familias, está en tener claro el destino, un plan de vuelo y una brújula ¿Definimos la nuestra? ¿Cómo lo vamos a hacer? A través de las reuniones familiares

 

Para las familias que aún tenéis bebés o peques menores de tres añitos, podéis iniciaros poco a poco para ir adquiriendo el hábito a través de las reuniones de pareja. A medida que crece vuestro/a pequeño/a, las celebraréis de la mano. Al principio puede servirnos para repartir las tareas del hogar, organizar el menú semanal… Cuando incluyamos a nuestros pequeños, esta herramienta de la Disciplina Positiva nos será de gran ayuda. ¿Por qué celebrar reuniones familiares? Convocar reuniones familiares regularmente es una de las cosas más valiosas que se puede hacer como familia; proporcionan una oportunidad para enseñarle a los niños valiosas habilidades sociales que les permitirán formar un carácter íntegro.

En concreto aprenderán:

  • Habilidades para escuchar.
  • Habilidades para generar ideas y resolver problemas.
  • Respeto mutuo.
  • La importancia de calmarse antes de resolver un problema.
  • Cooperación.
  • Reconocer la responsabilidad en un ambiente seguro.
  • Un sentido de pertenencia e importancia.
  • Que los errores son oportunidades maravillosas para aprender.

Las reuniones familiares son también una oportunidad para las parejas porque:

  • Evitan las luchas por el poder.
  • Escuchan de forma que invitan a que los niños escuchen.
  • Comparten la responsabilidad de criar y educar de forma respetuosa.
  • Crean buenos recuerdos a través de una tradición familiar.
  • Modelan todas las habilidades que quieran que sus hijos aprendan.

¿Cómo vamos a celebrarlas?

Necesitamos:

  • Presidente: Este cargo debe rotar. A los niños les encanta y pueden hacerlo muy bien a partir de los cuatro o cinco años. Es responsabilidad suya convocar la reunión, iniciar la ronda de cumplidos, convocar las sesiones para resolver los problemas y empezar a pasar un objeto para que todo el mundo tenga ocasión de expresar su opinión o hacer una sugerencia.
  • Secretario: Este cargo también debería rotar entre los miembros de la familia, pero es necesario que sepan escribir. Es responsabilidad suya tomar nota de los problemas tratados y las decisiones tomadas (leer los diarios de reuniones de familia pasadas puede ser tan divertido como mirar álbumes de fotos).
  • Moderador: Si hay más miembros en la familia, podéis interpretar también este rol y el moderador es el encargado de manejar los tiempos; en casa lo hacemos con un reloj de arena y evitamos que las intervenciones superen los cinco minutos.
  • Cumplidos: Os invito a comenzar todas las reuniones pidiendo a cada miembro que haga un cumplido al resto; al principio, cuesta. Mamás/papás comenzaremos haciendo un cumplido a cada miembro dando ejemplo; asimismo, si observamos que nuestros hijos tienen algún detalle entre ellos, podemos recordarles que pueden utilizarlo para hacer un cumplido en la próxima reunión. Podemos, incluso, sugerirles que lo escriban en la agenda para que no se olviden.
  • Gratitud: Podemos alternar entre los cumplidos y compartir las cosas por las que estamos agradecidos. Que cada miembro de la familia diga una cosa por la que está agradecido nos ayuda a recordar y valorar lo mucho que habitualmente damos por sentado.
  • La agenda: El frigorífico parece ser el lugar idóneo para las agendas de las reuniones de familia; es sencillísimo utilizar un imán para colgar una hoja de papel en la puerta o en un costado.

Tratemos los puntos de la agenda por orden cronológico para no tener que decidir cuál es más importante. Este ratito parece es el más acertado para la resolución de problemas, planificar las actividades, repartirnos las tareas de casa y por supuesto, programar momentos especiales con nuestros pequeños. 

 “Yo sigo soñando con instaurar la paz en el mundo instaurándola primero en las casas y las aulas. Cuando tratemos a los niños con dignidad y respeto y les enseñemos competencias valiosas para la vida, ellos difundirán la paz por el mundo” recoge Jane Nelsen en Cómo educar con firmeza y cariño, nuestro manual de referencia en Disciplina Positiva. 

¿Quieres formarte en Pedagogía Montessori y Disciplina Positiva? Te invito a que te inscribas en nuestro curso de introducción y si necesitas un asesoramiento personalizado sobre el curso que mejor puede adaptarse a vuestras necesidades e intereses como familia, me encuentras siempre a tu disposición en carla@earlychildfood.com ¡Gracias por leerme y hasta el próximo post!

Carla Peña 

Periodista y educadora

Guía Montessori. Certificada en Disciplina Positiva

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